ACTUALIDAD42 URDULIZ

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Piscinero de la 8ª Piscina de 42 Urduliz

Ya estamos en la segunda semana, por la mitad del camino, estamos haciendo nuevos amigos, creando nuevos recuerdos y aprendiendo cada día más y más cosas.

Desde que tengo memoria siempre he querido programar videojuegos. Me encantaba la idea de poder crear un universo entero para que alguien pudiese meterse en él y disfrutarlo. Así que entré en la universidad para hacer ingeniería informática pero me di cuenta de que no era lo mío, así que me puse a investigar otras cosas para poder llegar a trabajar en lo que quiero hacer.

Encontré el proyecto 42 y decidí investigar cómo funcionaba y cuál era su metodología de enseñanza. Para mi sorpresa, no encontré absolutamente nada, lo cual me dio muchísimas más ganas de apuntarme. Así que me apunté y me lancé a la piscina.

Al principio estaba como todos, como pollo sin cabeza probando y mirando a todas partes en busca de ayuda. Pero poco a poco vas entendiendo y haciéndote amigos que te ayudarán con todo lo que no entiendas y tú ayudarás a todos los que no entiendan, con tu propio conocimiento, creando así un ambiente increíble en el que puedes irte a la otra punta a preguntar a alguien que ni siquiera has saludado en tu vida sobre un ejercicio en específico y encima te va a ayudar con toda la amabilidad del mundo.

Así se crea el universo 42 Urduliz. Un universo con obstáculos, desafíos, rompecabezas y 26 días jugables en los que tendrás que aprovechar al máximo todo el tiempo posible para poder pasártelo y conseguir la recompensa final.

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Piscinera de la 8ª Piscina de 42 Urduliz

Tras haberme inscrito a la piscina nos mandaron un mail para asistir a un pequeño tour por las instalaciones y una introducción a lo que iba a ser este mes como piscineros. Durante la visita nos resolvieron dudas, nos enseñaron las normas y nos dieron muchos ánimos para este próximo mes, también fue bueno para conocer a la gente con la que íbamos a compartir esta experiencia.

El primer día nos citaron a las 9:30 para recoger nuestras tarjetas para poder movernos por el campus, después nos llevaron a la planta en la que íbamos a trabajar. Estaba nerviosa pero al mismo tiempo con ganas de poder dar lo mejor de mi misma, conocer a los compañeros y poder trabajar en equipo. Los ejercicios que se presentan están muy bien planteados para avanzar por uno mismo, saber cómo enfrentar problemas y cómo solucionarlos.

No pude asistir por problemas de movilidad. Lo comuniqué al staff y no hubo ningún problema ya que el horario es flexible y puedes asistir cuando tú quieras. He tenido que vivir esta experiencia en silla de ruedas por una fractura en el tobillo, las instalaciones están acomodadas y no he tenido ningún problema para desplazarme. Lo único así que me he podido enfrentar a una dificultad es la hora de ir al baño. El baño de minusválidos de la planta cero tiene puerta corrediza y tiene cerrojo, en cambio el de la planta en la que trabajamos es una puerta normal bastante pesada y sin cerrojo.

A medida que pasan los días, la frustración es palpable en el ambiente pero el compañerismo también. Es muy gratificante ver cómo la gente se ayuda. Si no entiendes o no sabes como hacer algo seguro que hay alguien que te eche una mano. Aunque nos ayudemos unos a otros los ejercicios son individuales sin embargo hay unos que puedes inscribirte que son en grupo. A mi trabajar en grupo me gusta mucho, debatir sobre el ejercicio y ver las distintas maneras de resolverlo. Fue duro al principio pero te vas apoyando en la gente y juntos lo sacáis.

Según pasan los días, todo ya va sobre ruedas, ves cómo la gente se lo pasa bien haciendo los ejercicios, resolviendo dudas y hablando entre ellos. También son importantes las pausas para descansar o para echarte un ajedrez que nunca viene mal. En casa se pueden ver los ejercicios y poder plantearlos e ir pensándose como resolverlos para cuando estés en el campus hacerlos más rápido. Nunca se pierde el tiempo si no quieres.

Las evaluaciones a veces no salen como esperas pero el compañero que te evalúe siempre va a intentar ayudar en lo que pueda para que la próxima vez que lo envíes esté perfecto. Nunca hay que rendirse con un ejercicio si sale mal o no está tan bien como esperabas se repite con las mismas ganas con las que lo empezaste. Ya que hacerlo mal no significa perder ya esa oportunidad sino una nueva para aprender de tus errores.

¿Qué te han parecido sus experiencias? Si tú también quieres probar 42, vencer tus miedos y aprender en un entorno nuevo, atractivo y diferente, no dudes en apuntarte a 42 Urduliz y vivir la experiencia de la Piscina 🍍