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Bitácora de un piscinero (por partida doble)

Asier Rodriguez es uno de los 150 candidatos que se encuentran participando de la sexta piscina de 42 Urduliz. Psicólogo de profesión, sueña con dar un giro a su vida profesional y convertirse en programador. Está tan convencido de transformarse en estudiante de 42 que, a pesar de no haber superado su primer intento de piscina en 2021, lo ha vuelto a intentar en octubre. A 11 días de comenzada la piscina, Asier nos cuenta sus sensaciones, ¿qué diferencia observa entre su primer y segundo intento de piscina?, ¿es difícil ocultar los "secretos" de 42 a sus compañeros? Su historia, en esta nueva bitácora de un piscinero.

Fueron 300 días de espera para repetir una experiencia increíble e inolvidable. Con doce años quería estudiar informática, me gustaba mucho trastear con el ordenador pero con el paso de los años decidí que una ingeniería no era lo mío. Los estudios no eran mi fuerte, pero me metieron en la cabeza la idea de que era capaz de hacer una carrera universitaria. Resultado: aquí tenéis a un psicólogo que trabaja en un almacén y quiere cambiar su vida para luchar por un sueño que tiene desde niño.

Hace un año descubrí el proyecto de 42 y decidí lanzarme a la piscina. Cogí las pocas vacaciones que me quedaban en el trabajo y empezaron mis primeros días como piscinero. Todos mis compañeros estaban igual de perdidos que yo, así que poco a poco nos fuimos juntando y empezamos a crear una pequeña piña. Me enseñaron a navegar por la consola, a usar los primeros comandos y entre todos empezamos a escalar una montaña que parecía no tener fin. Los días comenzaban a pesar pero todas las noches me dormía con algún conocimiento nuevo.

Mi experiencia se quedó a medias cuando mis vacaciones se acabaron y tuve que volver al almacén. No pude seguir el ritmo aunque la piña tiraba de mí para que no me quedase atrás. Fue en ese momento, antes de llegar a los 26 días, cuando tuve claro al 100% que iba a esperar con impaciencia un largo año para entrar en 42, porque esto es lo mío.

Así que aquí estoy por segunda vez viviendo la experiencia de una forma bastante diferente. He refrescado todos los conocimientos que obtuve y ahora soy yo el que puede ayudar al resto de compañeros. Diría que esta vez es algo más light pero, la frustración sigue ahí cada día de piscina. Me exijo más a mi mismo y cuando alguien me pide ayuda quiero que lo entienda bien. Yo he estado en su lugar y sigo necesitando a compañeros más avanzados que yo.

Diría que la única desventaja de hacerlo por segunda vez es tener que ocultar algún pequeño secreto a mis compañeros. Desde el segundo día ya te sientes como en casa y parece que conoces a la gente desde hace tiempo, pero yo ya viví lo que ellos todavía tienen que experimentar y eso es una pequeña barrera para mí porque siento que les estoy traicionando. La parte buena es que tengo la tranquilidad de ir a buen ritmo, de conocer un poco los engranajes de 42 y tener la satisfacción de poder transmitir mis pocos conocimientos. Todo esto hace que me sienta un pequeño guía en esta piscina.

 

¿Qué te ha parecido esta historia? Si tú también quieres probar 42, vencer tus miedos y aprender en un entorno nuevo, atractivo y diferente, no dudes en apuntarte en 42 Urduliz y vivir la experiencia de la piscina 🍍